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Altos costos de los fertilizantes y demás insumos.
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Baja productividad por hectárea.
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Altos costos en las labores de cosecha, mantenimiento y transporte.
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Los bajos precios del aceite en el mercado.
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Los fenómenos climáticos.
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Los altos costos de los créditos.
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Los efectos de la tasa cambiaria.
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La baja financiación por hectáreas de palma para su establecimiento.
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Los encargos fiduciarios para el manejo de los recursos.
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Demasiados desembolsos y demora en los mismos.
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Mala infraestructura de las vías terciarias.
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No contar los pequeños productores con su propia planta extractora.
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Problemas fitosanitarios como la pudrición del cogollo.
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La devaluación del peso.
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La crisis económica mundial, pero sobre todo en Europa y Estados Unidos.